
Tu información no será usada o compartida ningún otro fin.
© 2017 Los Cuatro Caminos
El chamán es una persona medicina de las eras paleolíticas; de aquellos tiempos en que éramos cazadores/recolectores, antes de que cambiáramos dramáticamente nuestra dieta con la introducción de la agricultura y los granos en nuestra mesa.
Los chamanes de la antigüedad tenían una experiencia directa de la naturaleza energética de la realidad. Comprendían que el mundo material es una expresión de un ámbito energético más sutil con el que siempre estamos en interacción. Aprendieron cómo soñar la existencia del mundo en este ámbito energético, de manera de poder participar en la creación y en ser guardianes de la realidad.
Hoy en día, quedan pocos chamanes tradicionales, pero creo que nosotros somos los nuevos chamanes. Somos los nuevos guardianes de la Tierra, los nuevos soñadores, quienes podemos soñar la existencia de un mundo más pacífico.
Aunque no estemos sacudiendo plumas ni sonajeros, o leyendo el oráculo en los huesos, somos los chamanes modernos y somos parte de la naturaleza luminosa de la realidad.
Estamos ayudando a dar a luz a un mundo en el que tenemos salud, en el que los ríos están limpios, el aire puede respirarse y podemos ayudar a quienes sufren. Ayudamos a otros seres humanos a entender que hay una forma de vivir como guardianes de la naturaleza y en conexión con ella, que cuando entramos en el camino de la medicina, vivimos en armonía y salud.
El chamán es el maestro de los dos mundos: el mundo físico visible y el mundo energético invisible, y puede danzar entre ambos. Me gusta usar el ejemplo de la famosa ecuación de Einstein, E= mc2 , en la que a un lado tenemos la energía y, al otro, la materia. La mayor parte de la gente está totalmente involucrada y familiarizada con la palabra materia, pero ignora el mundo de la energía. El chamán es la persona que puede danzar entre estos dos mundos.
Ayudamos a manifestar en el mundo aquello que necesita nacer de lo energético, y ayudamos a volver a lo energético a aquello que requiere retornar a la fuente. Esto puede ser un niño por nacer, un ser amado que vive sus últimos días o un nuevo concepto destinado a convertirse en una fuerza motriz poderosa en el planeta. Eso es lo que hacemos los chamanes modernos. Soñamos activamente el nacimiento del mundo; co-creamos junto a lo divino.
La palabra “chamán” es una palabra antigua que describe a un sanador y a una persona de medicina: una persona que transmite belleza y salud. Hoy en día, es esencial recuperar este modelo del humano dedicado al servicio, la sanación y el cuidado del planeta. Tenemos que salir del folklore y establecer que los nuevos chamanes son los innovadores, las personas que reflexionan sobre problemas como por ejemplo, resolver el cambio climático o alivianar la violencia en el mundo. Es importante hacer cambios en nuestras propias vidas para ayudar a la naturaleza y crear paz en nuestros alrededores.
Mi trabajo es recuperar este modelo antiguo del humano que está al servicio de la tierra y de la naturaleza, de la belleza y de la salud.