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Hay gran frenesí cuando las festividades y el cambio de año se acercan. Entre villancicos existe una sensación de apuro en el aire, además de un incesante stress.
Esta energía de alto octanaje puede tragarnos y escupirnos en el mall (físico o virtual) o en una cena familiar, intentando que todo parezca “perfecto”, como en una foto de revista, o simplemente porque “siempre se ha hecho así en la familia”.
Este año podemos entrar en el mismo patrón, a costa de nuestros nervios, valores, y ahorros, o podemos escoger un enfoque más consciente y nutrir nuestra alma y el espíritu de nuestra familia y comunidad.
Para seguir este camino más profundo, podemos sintonizar con la naturaleza y sus ciclos, dado que tienen un impacto directo en nuestra psique y estados de ánimo.
El 21 de diciembre es solsticio de invierno en el hemisferio norte y solsticio de verano en el hemisferio sur.
En el norte nos estamos acercando al día más corto y la noche más larga de un año después de lo cual celebramos el regreso de la luz.
Encuentra un espacio silencioso para honrar las cualidades transformadoras de la oscuridad y reflexionar sobre los logros y arrepentimientos del año pasado. Después, enciente una luz o haz arder un fuego para quemar aquello que ya no te sirve. Cuando termines, medita con la atención en las llamas y conecta con el anhelo que tu alma tiene para el nuevo año solar, y más allá. Puedes anclar este nuevo inicio agregando un objeto simbólico a tu altar y ofreciendo una oración o canción a la luz y a la primavera que se aproxima.
Como regalo de festividades, invita a tus seres amados a hacer lo mismo cualquiera de estos días.
El el hemisferio sur, quiere decir que nos acercamos al día más largo y la noche más corta del año, después de la cual daremos la bienvenida a la oscuridad del otoño y el invierno, y así al período de la renovación.
Honra al sol, ya que su luz ha permitido que la naturaleza madure y florezca. Date tiempo para reflexionar sobre las maneras en que tu vida ha florecido y nota aquellos aspectos de tu vida que aún permanecen en la sombría oscuridad. Enciende una vela o un fuego sagrado e ilumina esos lugares dentro de ti que necesitas germinar y evolucionar. Haz una reverencia al sol en gratitud por sus rayos y dale la bienvenida a su compañera perfecta, la oscuridad: ábrete al misterio de la noche y su poder transformador ahora que comenzamos nuestro viaje de seis meses hacia la noche más larga.
A modo de regalo, invita a tus seres amados a hacer lo mismo cualquiera de estos días.
¡Bediciones!
Marcela Lobos