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Convertirse en un Maestro del Tiempo significa que desarrollas una relación extraordinaria con el cosmos, en la que ya no estás sujeto a las leyes del tiempo común. El tipo de tiempo que nos mantiene atrapados en las garras del destino y se basa en la causalidad. Los chamanes pueden entrar en el tiempo sagrado, en la sincronización guiada por la intencionalidad. No se trata de imponer tu voluntad al momento, sino de entregarte al momento. Se trata de estar en perfecto Ayni y Munay.
Ayni significa relación correcta, y Munay significa amor. Munay es un estado de ser, de estar enamorado de la vida. Es el amor que una madre tiene por su recién nacido, y el amor que Gaia tiene por nosotros. Ayni significa que nuestra intención es el mayor bien para todos, dedicado al mayor bien. Cuando pides el bien mayor, se nos otorga.
La Medicina del Colibrí es estar en perfecta relación, ser capaz de meditar en movimiento y practicar la quietud en cada momento. Si quieres que las cosas se hagan perfectamente, invitas al universo a que lo haga por ti, esta es la forma más elevada de meditación.
La sincronicidad y la serendipia comienzan a llevarte exactamente donde necesitas estar. Tu intención es que algo suceda para el beneficio de todos. Munay es la música de la creación.
En Occidente, nos han enseñado que el tiempo fluye en una sola dirección, que el futuro siempre está delante de nosotros y el pasado siempre está detrás. Esto es el tiempo monocrónico, que fluye linealmente, yendo a su ritmo mezquino de día en día. Pero el tiempo no sólo vuela como una flecha; también gira como una rueda. Por eso el tiempo no lineal, o policrónico, se considera sagrado. En él, el futuro se filtra en el presente para convocarnos, y podemos cambiar los acontecimientos que ya han ocurrido.
El principal fundamento del tiempo lineal es la causalidad, o causa y efecto, que es la base de la ciencia moderna: Esto sucede y, por lo tanto, esto otro sucede. La causalidad significa que el pasado siempre se infiltra en el presente y lo condiciona. Pero cuando percibimos que el tiempo gira como una rueda, el principal fundamento de funcionamiento es la sincronicidad, o la ocurrencia serendípica de los acontecimientos. Lo que llamamos coincidencia o azar es un principio operativo tan importante como la causalidad.
Los Laika creen que la ocurrencia fortuita de los acontecimientos, como el hecho de que dos personas se encuentren serendípicamente, es tan importante como su causa, o el motivo por el que esas dos personas estaban en el mismo lugar al mismo tiempo. La sincronicidad permite la causalidad futura, y se interesa más por el propósito y el significado de un acontecimiento, que por su causa.
El dominio del tiempo no significa que seamos incapaces de cumplir nuestros compromisos de aparecer a tiempo para los demás, sino que estamos en un Ayni y un Munay tan perfectos, que siempre aparecemos en el momento adecuado. Al dominar el tiempo, damos al universo la oportunidad de hacer lo que hace naturalmente, que es conspirar a nuestro favor. Dejamos de creer que debemos manipular el mundo que nos rodea y “tomar las riendas” para que la vida funcione.
¿Estás preparado para dar un paso atrás y permitir que el universo conspire a tu favor?
En Munay, Alberto Villoldo